Definitivamente en su personalidad de persona física o moral, que es propietaria de un conjunto de activos circulantes (efectivo, clientes, inventarios) y fijos (terrenos, construcciones, instalaciones, maquinaria, mobiliario y equipo), vinculados a activos intangibles (sistemas, patentes y marcas entre otros) e integrados conforme a tecnologías que le permiten producir bienes o prestar servicios en condiciones estándares de calidad y costo.
Es cierto que toda cuantificación de un valor económico siempre conlleva algún componente subjetivo, todo dependerá de cuál sea la situación del bien que estamos valorando y nuestras intenciones con ese bien.
En el caso de una empresa, no es lo mismo valorarla teniendo en mente unas intenciones u otras, podemos valorar una empresa propia porque queremos deshacernos de ella y ponerla a la venta, pero también para buscar financiación utilizando su valor como aval, o porque queremos sacar al mercado participaciones de nuestra empresa.
En una situación opuesta, podemos querer valorar una empresa ajena para adquirirla, para obtener parte de sus acciones, para invertir en ella a través de otro tipo de fórmulas, etc.
En este sentido, la intensión como inversores es fundamental a la hora de determinar el procedimiento que debemos utilizar para valorar una empresa, calcular el valor de un negocio no es fácil, de la misma manera que tampoco es sencillo determinar el valor económico de cualquier bien tangible o servicio, razón por la cual nuestra firma brinda la posibilidad de valuar su empresa, negocio e intangibles.